En enero de 2018 había 10 406 personas privadas de libertad, recluidas en las más de 25 unidades que están bajo la órbita del Instituto Nacional de Rehabilitación. Un alto porcentaje se enfrenta al día de hoy con una doble reja: la del encierro y la otra, invisible, la de la salud mental, que nace a raíz de las consecuencias de vivir sin el suficiente apoyo y acompañamiento estatal, el hacinamiento, la precariedad edilicia, el consumo problemático de estupefacientes y la falta de oportunidades.
“Doble Reja” es un proyecto multimedia que busca reflejar la realidad de la vida en la Unidad Nº4 de Santiago Vázquez (ex-Comcar) y la Unidad Nº5 “Femenino” (Cárcel de Mujeres), las dos principales prisiones del Uruguay en lo que respecta a población masculina y femenina, documentada a través de la experiencia de personas privadas de libertad que sufren los avatares de la prisionización, así como de funcionarios y expertos que trabajan en el sistema carcelario.
En los reportajes, videos, fotografías e infografías se reflejan dos ejes transversales que dan sentido a la investigación. Por una parte, el objetivo es mostrar cómo influye en el plano psicológico la privación de libertad en estas dos unidades y por otra, cómo es el abordaje de la salud mental en las mismas.
Según datos brindados por la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), en el año 2017, 163 internas de la Cárcel de Mujeres (de un total de 257) fueron diagnosticadas con patologías mentales, cinco más que el año anterior. En tanto en la Unidad Nº4 186 de los 3 547 reclusos padecen una patología psiquiátrica.
Además, en el mega penal de Santiago Vázquez se consumió en 2017 un promedio mensual de 26 979 psicofármacos, mientras que en la unidad penitenciaria femenina de Colón se recetaron 19 940 durante este año, casi 3 000 más que en 2016.
Es ilustrativa de la importancia del abordaje de la salud mental en las cárceles la frase de la psicóloga y coordinadora de Salud Mental en el Sistema de Atención Integral de las Personas Privadas de Libertad (SAI-PPL), Mónica Rossi, entrevistada por el equipo en junio de 2017:
“La cárcel te pasa por el cuerpo y es imposible que eso no suceda”
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Agradecemos a nuestros editores, Álvaro Pérez y Juan Marra, por su paciencia, dedicación y entusiasmo.
A Adriana Loeff, Marcelo Vidal, Francisco Bouza, Federico Betancor y Juan Inthamoussu por su colaboración técnica en el proyecto.
A los funcionarios de la Unidad Nº4 y Unidad Nº5, trabajadores de ASSE y del Instituto Nacional de Rehabilitación por su disposición.
A las familias que nos transmitieron su esperanza y lucha.
A los reclusos que nos prestaron su voz.
A la Universidad de Montevideo, por ser nuestra casa durante estos cuatro años.